top of page

Caminando la Ruta Emocional (1)

Foto del escritor: Gabriel VásquezGabriel Vásquez

Algunos aspectos sobre el origen de las emociones.


Nuestras emociones están en el corazón mismo de nuestra biología.  Hace unos cuatro billones de años ya existían organismos unicelulares que tuvieron que ejercer su capacidad de adaptación moviéndose hacia los nutrientes que los hacían desarrollarse, y a la vez, escapando de fuentes que fueran dañinas.   


Los fundamentos de la conducta emocional, aproximar y evitar, ya estaban presentes en estos organismos lo que les permitió detectar lo que era relevante y actuar de un modo adaptativo.


Antonio Damasio (médico neurólogo experto en emociones) piensa que “todos los organismos vivos, desde la humilde ameba hasta los humanos, nacen con mecanismos destinados a resolver automáticamente, sin raciocinio propiamente dicho, los problemas básicos de la vida.  Estos problemas son: encontrar fuentes de energía; incorporar y transformar la energía; mantener un equilibrio químico de su interior compatible con el proceso de vida; mantener la estructura del organismo, reparando los desgastes del uso, y defenderse de los agentes infecciosos y heridas físicas” (Damasio, En busca de Spinosa: Neurobiología de la emoción y de los sentimientos 2003)


Sobre esos mecanismos de regulación de la vida, reposo-activación y aproximación-evitación se fundaron lo que serían las conductas humanas más complejas como la recompensa o placer, y el dolor o castigo.  Y más elevadas aún estarían los mecanismos como la curiosidad y la exploración necesarios para identificar lo que nos agrada o nos desagrada.


Charles Darwin, pionero de la perspectiva evolucionista de las emociones y brillante observador de la conducta animal y humana, afirmó en 1872 que las emociones son heredadas biológicamente y que han desempeñado un papel esencial en la adaptación del organismo a su entorno a lo largo de toda la vida y que su función fundamental ha sido aumentar las oportunidades de supervivencia de la especie (Darwin 2014).   Por ejemplo, Darwin piensa que hay una similitud entre el comportamiento adaptativo de los animales y del hombre en conductas como “lucha o huye” expresadas en emociones humanas como la rabia y el miedo.


A pesar de su riqueza y de su inevitabilidad en el comportamiento, las emociones no siempre han estado bienvenidas en las relaciones humanas.


Ya en la antigua Grecia se planteaba que las emociones pueden afectar el juicio y por ello tienen que estar al control de la conciencia.  En la Edad Media se pensaba que la parte racional del alma está en lucha para controlar los deseos y los apetitos humanos; como somos incapaces de hacerlo el ser humano debe hacer penitencia y controlar las emociones.


Con René Descartes – matemático, físico y filósofo racionalista – el ser humano aprendió que las emociones son un tipo de pasión y estas hacen que el juicio sea confuso. Desde su perspectiva, la conducta humana es el resultado del alma racional mientras que la conducta impulsiva (irracional) es propia de las emociones.  Desde sus postulados se fundó la idea de un hombre racional como fuente de libertad, de progreso y de felicidad.


Continuará...

0 visualizaciones

Entradas recientes

Ver todo
bottom of page