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El arte de volver al centro

Foto del escritor: Gabriel VásquezGabriel Vásquez

Vivimos atrapados en un guion que no escribimos, uno que aprendimos desde niños y que nos promete éxito económico y social como el destino final. Este libreto, aunque útil en algunos momentos, rara vez nos invita a detenernos y mirar hacia adentro. Es como navegar en un barco con un mapa que señala todo menos nuestra ubicación. En el ruido de metas externas, olvidamos la brújula más importante: nuestra propia esencia.


Centrarse no es un lujo; es una necesidad. Es en ese acto de mirar hacia dentro donde descubrimos nuestra capacidad de amarnos, de sanar y de conectar con un propósito que va más allá de nosotros mismos. Sin ese centro, estamos desalineados, viviendo para satisfacer expectativas externas en lugar de honrar quienes realmente somos. Imagina una rueda sin eje: puede moverse, pero nunca de manera estable. Así somos cuando nos alejamos de nuestro centro.


Si las organizaciones, las familias y la educación pusieran el centrarse como prioridad, estaríamos forjando seres humanos más conscientes de su propósito, sus valores y su impacto en el mundo. Personas que, desde esa conexión interna, podrían construir sociedades más prósperas y resultados sostenibles para todos. Porque solo cuando aprendemos a navegar desde el centro, podemos trazar un camino que beneficie tanto a nosotros como a quienes nos rodean.


¿Qué tan cerca estás hoy de tu centro, y qué estás dispuesto a hacer para volver a él?

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