top of page

Caminando la Ruta Emocional (2)

Foto del escritor: Gabriel VásquezGabriel Vásquez

Algo ha venido cambiando.


Durante el transcurso del último siglo el modelo racionalista dominante ha empezado a quedarse corto para explicar el comportamiento humano.  Un modelo que integra un ser racional y emocional se abre paso en muchos escenarios de la vida humana.  Herramientas Inteligencia Emocional


El ser racionalista “puro” que se caracteriza como un ser preocupado de sí mismo, normativo, desvinculado de los otros y que se encuentra en su relación social a partir de asegurar los objetivos de su voluntad en una correspondencia costo-beneficio, se está transformando en un ser racional-emocional que comprende y acepta que puede sentir emociones; y que éstas le permiten vincularse con el otro para construir redes afectivas que transformen el mundo.


La aproximación que se viene haciendo a la comprensión de las emociones está permitiendo que la separación dualista – mente y cuerpo, razón y emoción, fundada por Descartes se empiece a cuestionar para dar cuenta de lo que el ser humano se ha perdido a partir de dicha división.   Antonio Damasio, por ejemplo, sostiene que las emociones guían el comportamiento y la toma de decisiones y por ello la racionalidad requiere el aporte de la emoción. (Damasio, El error de Descartes 1996)


En sus investigaciones Damasio trabajó con las evidencias científicas del caso de Phineas Cage, un trabajador del sector ferroviario de los Estados Unidos en 1848, hombre querido por sus amigos, que tenía éxito en su trabajo y un futuro prometedor. Un día cualquiera sufrió un accidente donde una barra de hierro de seis kilos cruzó su mejilla derecha, perforando su cráneo y atravesando la zona frontal del cerebro. Unos minutos después de su accidente Gage hablaba y se expresaba sin problema sobre lo sucedido. Sin embargo, luego de dos meses, aunque se había recuperado físicamente y hablaba con normalidad, su comportamiento era extraño, se empezó a notar en él irrespeto por las reglas sociales, las decisiones que tomaba no eran pertinentes, y los valores adquiridos durante la vida no se veían reflejados en su actuar, si no que por el contrario influían negativamente en la toma de decisiones.


A pesar de que sus funciones psicológicas como el lenguaje, la memoria y la percepción tuvieran un buen funcionamiento, se deterioraron otras funciones de índole emocional, dando a entender a partir de diferentes estudios que el cerebro poseía partes especializadas que generaban a su vez funciones mentales separadas. Posteriormente se desarrollaron diferentes investigaciones al respecto encontrando que la lesión de un área específica del cerebro puede comprometer directamente la capacidad para tomar decisiones, planear y seguir adecuadamente las reglas sociales. Estos defectos se acompañan por una reducción en la reactividad emocional y los sentimientos; a pesar de que aspectos puramente racionales como entender objetivos, el razonamiento, la memoria y el lenguaje tengan un buen funcionamiento  (Damasio, El error de Descartes 1996).


Continuará...


0 visualizaciones

Entradas recientes

Ver todo
bottom of page